La Pérdida del Alma es el origen de conflictos y enfermedades que destruyen nuestro proyecto de vida.

Ocurre que en los momentos traumáticos de  esta vida o de otras anteriores, se ha producido  una fragmentación  del alma perdiéndose uno o más fragmentos (no su totalidad, pues si así fuera, no sobreviviríamos).  El alma, ante el dolor insoportable «se retira», para preservarse, llevándose con ella potencialidades y capacidades, y más aún, la esencia vital.

La consecuencia es que el paciente sigue viviendo la experiencia, sin poder terminar con el sufrimiento, y al mismo tiempo sin poder emplear su energía en el presente.

La psicología convencional también  reconoce que el trauma severo puede separar las partes vitales del Yo y el sentimiento, dejando al individuo enajenado de su ser esencial. A este mecanismo le llama Disociación.

El concepto de pérdida del alma proviene del Chamanismo. En efecto, en las culturas primitivas existe el “Viaje del chamán”, trance en el cual va en busca de los fragmentos extraviados del alma. A esto se le llama “Recuperación del Alma” y lo cierto es que tiene un tremendo potencial de sanación.

La diferencia de la TVP con el trabajo chamánico es que en la TVP es el paciente quien realiza el viaje, acompañado y guiado por su terapeuta. Al revivir las situaciones el paciente comprende cómo y por qué perdió su alma, y la manera de sanarla. Como siempre digo: El Alma sabe.(Dónde y cómo dejó sus fragmentos, y cómo recuperarlos).

Signos de posible Pérdida del Alma

§  Desconexión: la vida es lo que le ocurre a otros

§  Depresión

§  Tristeza, melancolía eterna

§  Pérdida de memoria

§  Duelos eternos

§  Enfermedades crónicas

En la historia de la humanidad siempre han sido frecuentes las circunstancias que causan pérdida del alma; desgraciadamente nuestra época continúa siendo fértil en situaciones límite, como por ejemplo:

§  Muerte violenta: guerras, explosiones, accidentes

§  Tortura, encarcelamiento, asaltos, secuestros

§  Abuso sexual, violación, maltrato físico y emocional

§  Adicciones de cualquier tipo

§  Transtornos de alimentación: anorexia, bulimia

§  Pérdida de seres queridos 

                                

Experiencias extremas como éstas no sólo fragmentan el alma, si no que debilitan nuestra protección energética, llevando a la persona a una cascada destructiva sin límite.

Aunque no siempre logremos evitar las vivencias traumáticas, sí debemos intentar protegernos lo mejor posible, y buscar ayuda adecuada cada vez que exista el riesgo de perpetuar el daño.