¿Qué puede suceder cuando la muerte no ocurre en paz?
Las muertes bruscas, por accidente, asesinato, o durante la anestesia general o el coma, pueden sin embargo confundir al alma, que si no se percata de la muerte física puede quedar atrapada entre dos planos: es lo que llamamos “almas perdidas”; en lugar de ir a la luz se quedan “a medio camino” ya que son imperceptibles para nuestros sentidos físicos, pero no ascienden.
Las almas perdidas pueden quedar suspendidas en los lugares (a veces el apego es con la casa) o adherirse al campo vibratorio de sus seres cercanos, generalmente sin ninguna mala intención, y a menudo por las peticiones de los deudos que ya mencioné.
Casos especiales son las muertes por suicidio, en las cuales el individuo se quita la vida queriendo terminar con un sufrimiento insoportable, pero al concretar el acto se da cuenta que no ha solucionado nada, pues la conciencia sigue y con ella el sufrimiento, que se exacerba al no tener el cuerpo físico, y al observar el dolor de sus parientes.
Los suicidas y también quienes se dan cuenta de haber actuado mal suelen creer que no merecen la luz. Sin embargo la luz siempre está y con ella la posibilidad de ascender a la verdadera vida, retornar a casa, aunque después tengamos que revisar el guión y completar las tareas pendientes. Pero las almas sufrientes o culpables o desconcertadas no la ven.
Situaciones extremas se viven también cuando ocurre un atentado o una catástrofe, sobreviniendo la muerte con tal violencia y rapidez que el alma no toma la debida conciencia: es fácil que se queden como almas perdidas, desconcertadas que no encuentran el camino de regreso. Triste situación que puede durar mucho tiempo, abarcando a veces varias vidas físicas.
¿Qué hacer cuando nos enteramos de una o más muertes en estas circunstancias? La experiencia indica que los seres sintientes necesitan de un ritual mortuorio, y mucho más lo necesitan si no ha existido paz y claridad durante el trance. Existen ritos preestablecidos, las religiones y movimientos filosóficos tienen los propios, sin embargo aquí lo más importante es, uno, que exista la intención amorosa expresada energéticamente por varias personas, y dos, que el ritual sea coherente con las creencias y características del o los fallecidos.
Si sospechamos que el alma perdida se encuentra adherida al campo energético de una persona, lo ideal es que esa persona decida trabajarlo en regresión pues es la forma de guiar a esa entidad a que encuentre el camino, liberando también al huésped de un factor extenuante.
No desesperar: tarde o temprano el alma se dirigirá a la luz y seguirá en su camino de evolución. Pero es necesario saber que podemos ayudar con nuestra energía intencionada, y difundiendo para que el mayor número de personas conozca estos temas.