ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE TÉCNICAS REGRESIVAS APLICADAS

A.E.T.R.A.

G@cet@ de Julio 2004

                         Este mes entrevistamos a la Dra. Viviana Zenteno 

Nos gustaría que nos hablara de su libro y lo que se expone en él para acercarlo a nuestros lectores. ¿Cuál fue la necesidad de escribirlo y cuál es el objetivo que persigue?

En 1997 yo era un médico con 18 años de profesión. Siempre estuve segura de mi vocación y al elegir la especialidad opté por la Medicina Interna y la Reumatología, porque me pareció que atendían al ser humano en forma integral.

Pero andando el tiempo cada vez más me fui percatando de que mi preparación había sido para tratar el cuerpo de los pacientes… pero alcanzar el alma, eso sólo podía intentarlo en forma intuitiva.

Fue entonces cuando la Terapia Regresiva apareció en mi vida, primero como paciente, y después como alumna del Dr. José Luis Cabouli, quien me formó como terapeuta de Vidas Pasadas.

Todas estas experiencias cambiaron para siempre mi vida: sentí que empezaba a sanar desde el alma. Ya con mis propios pacientes, me fui dando cuenta que ellos experimentaban algo similar, una transformación profunda y trascendente…y sentí que ahora sí yo estaba siendo un instrumento de sanación más integral.

De ahí nació la necesidad absoluta de comunicar el potencial sanador y transformador de esta terapia, y el objetivo de difundirla a muchas más personas.

¿En qué consiste la Terapia de Vidas Pasadas?

La Terapia Regresiva, o Terapia de Vidas Pasadas, es una técnica psicológica transpersonal, que actúa en varios niveles: físico, mental, emocional y espiritual. Su fundamento es que los hechos significativos del pasado, almacenados en el inconsciente, actúan condicionando nuestro presente y provocando la mayoría de los conflictos de la vida actual. De allí que para sanar es necesario liberar esos hechos con toda la energía emocional que los acompaña.

  Como verán, hasta aquí no hay mayor diferencia con los postulados y métodos de la psicología tradicional, que ya desde los inicios del psicoanálisis ha utilizado la catarsis o abreacción. La diferencia estriba fundamentalmente en la extensión del escenario temporal: el pasado con que trabajamos en TVP no sólo se limita al pasado reciente (adolescencia, infancia, parto, vida intrauterina) sino al pasado remoto: vidas anteriores.

Otra diferencia importante tiene que ver con la trascendencia espiritual que impregna la mayoría de estas experiencias, y que excede largamente a lo que podemos llamar “Terapia Regresiva” o “Terapia de Vidas Pasadas”. Por eso prefiero llamarla “Terapia del Alma”.

¿En qué memoria se almacenan las experiencias que no son de esta vida? Ciertamente se trata de una memoria extracerebral, o podríamos llamarla “memoria del alma”.

Estas características hacen que la TVP se inserte dentro de las técnicas de la Psicología Transpersonal.

¿Puede realizar esta terapia alguien que no crea en la reencarnación?

Por supuesto. El paciente no necesita cambiar sus creencias para beneficiarse de esta terapia. Lo que a él  le interesa es sanar y para ello le bastará dejarse fluir bajo la guía del terapeuta. A los hechos vivenciados  podrá darles la interpretación que mejor le parezca: metáfora del inconsciente, memoria genética, etc.

Respecto al terapeuta, técnicamente es posible que sin creer en reencarnación realice regresiones y las realice en forma terapéutica. Lo que sí es indispensable según mi parecer es  que el terapeuta tenga una clara noción de la trascendencia espiritual de esta terapia. Por ejemplo: ¿Cómo podría trabajarse con el alma sin creer en su existencia?

¿Cómo se solucionan los conflictos actuales de la personalidad a través de esta terapia?

En primer lugar es necesario traer al presente los hechos del pasado, que no son simples recuerdos, son vivencias cargadas de emoción, que al salir a la superficie liberan la energía retenida: es lo que llamamos regresión. En segundo lugar, viene la comprensión por parte del paciente de las causas de sus conflictos, lo cual le hace posible realizar los cambios que sean necesarios. El proceso culmina al hacerse evidente el aprendizaje derivado de la experiencia.

Sin embargo, muchas veces basta con desbloquear un hecho traumático del pasado para que desaparezca una molestia del presente. Pareciera que no ha sido necesaria una comprensión consciente del proceso, para que los cambios se realicen automáticamente.

¿Existe algún riesgo para la persona que lo experimenta?

No existe riesgo para el paciente que se pone en manos de un terapeuta calificado. Sí para aquel que recurre a uno que no lo es. Como dice el Doctor José Luis Cabouli: “Cualquiera puede hacer una regresión… pero no cualquiera puede hacer una regresión terapéutica”.

Respondo a algunas de las dudas más frecuentes:

·          No es posible quedarse en el pasado, porque no regresamos a ninguna parte; al contrario, traemos al presente las vivencias del pasado.

·          Jamás se pierde el control, de hecho el paciente puede reservarse detalles de la regresión si así lo decide.

·          El traer a la conciencia los hechos bloqueados en el inconsciente es liberador, pues al estar bloqueados y no poder comprenderlos son mucho más dañinos. Aún así, sólo experimentaremos lo que podamos tolerar, pues el inconsciente es muy protector. 

¿Hay algún caso en el que no es aconsejable realizarla?

Yo no trabajaría con un paciente psicótico agudo, pues aunque fuera capaz de experimentar una regresión, correría el riesgo de aumentar la confusión y desestructuración. Sí lo haría en un paciente psicótico compensado y protegido por sus medicamentos.

Tampoco lo haría en un cardiópata agudamente descompensado. En un paciente que ha sufrido un Infarto del Miocardio en el pasado, trabajaría sin problemas, pero no lo llevaría  a vivenciar ese episodio puntual.

En niños menores de 14 años considero que es preferible usar otras técnicas.  Sin embargo, he sabido de terapeutas especializados en regresiones infantiles;  no tengo experiencia al respecto.

En mujeres embarazadas; realizaría una terapia regresiva si fuera importante para solucionar el momento presente; de lo contrario lo postergaría hasta después del parto. Si la realizo, siempre se lo comunico al niño y le voy informando; hay que recordar que aquí son dos y no uno los pacientes en tratamiento.

En su experiencia clínica ¿ha podido establecer la conexión entre la experiencia de vivencias anteriores del alma y conflictos emocionales pendientes de resolver en la vida actual? Cómo actúa esta conexión y cuál es el procedimiento para resolver los sufrimientos actuales?

Todo el tiempo compruebo esta conexión. Y cada vez me sorprendo de la extraordinaria congruencia que hay entre los hechos del pasado y las manifestaciones del presente. Como ya dije antes, mediante la regresión, el paciente empieza a comprender el origen de su sufrimiento, y al comprender, puede hacer los cambios que sean necesarios. Además, las experiencias de muerte y renacimiento, encuentros con seres queridos fallecidos, comunicación con maestros espirituales, tienen por sí mismas un tremendo potencial sanador.

¿Qué consejos daría a una persona interesada en realizar una Terapia de Vidas Pasadas?

Ante todo, que busque un terapeuta que tenga la formación y la experiencia adecuadas

Otro consejo importante es que al decidirse a realizar una terapia lo haga porque quiere sanar, es decir porque está buscando una solución para sus conflictos, lo que implica un compromiso bilateral, como en cualquier terapia.

Sin embargo, me parece igualmente válido realizar la terapia como una búsqueda de autoconocimiento, en la ruta del crecimiento personal. Una motivación que diferencio claramente de la simple curiosidad «(querer saber lo que fui en otra vida») («probar si resulta»), que a mi parecer indica falta de seriedad y compromiso.

¿Qué le diría a alguien que tras una sesión de “supuestas” vidas pasadas le dijera cómo puede saber si eso que ha experimentado ocurrió o se lo ha inventado?

Le diría que eso no es lo importante: si vino a buscar sanación o autoconocimiento, las experiencias vivenciadas son igualmente válidas y útiles. Si lo enfocamos como una terapia, lo importante es el efecto sanador o esclarecedor, no la comprobación de los hechos pues no estamos pretendiendo demostrar nada.

Hemos leído últimamente que se están haciendo experimentos científicos acerca de lo que siente y cómo expresa el futuro bebé esas sensaciones dentro del claustro materno. Según su experiencia clínica ¿estas sensaciones existen desde el momento en qué es concebido o se producen más tarde?.

Según mi experiencia, estas sensaciones aparecen ya desde la etapa embrionaria, incluso tengo pacientes que han descrito el proceso de concepción y/o el de anidación muy claramente.

¿Existe algún riesgo o contraindicaciones para que una persona experimente su propio periodo intrauterino y nacimiento?

Al contrario, se trata de una experiencia valiosísima y necesaria, puesto que según lo han demostrado entre otros los dres.  Morris Netherton y José Luis Cabouli, es en este período donde a menudo se actualizan y reactivan los samskaras (cicatrices del alma) provenientes de vidas anteriores. También lo he comprobado yo con mis pacientes, como aparece en el Capítulo III de mi libro (“Vida Fetal y Nacimiento). Pero vuelvo a insistir: aquí más que nunca es necesario que la regresión sea guiada en forma experta y segura.

¿Y cuando estaría recomendado?

En principio siempre debería ser de utilidad. Pero está especialmente indicado cuando uno sospecha que hechos traumáticos de vidas pasadas se han reactivado en el período intrauterino o en el parto. Sólo al revivir este período se completará el trabajo respectivo. Otro motivo es cuando existen antecedentes de situaciones confusas o perjudiciales para el niño, que de por sí hacen  sospechar una importante influencia en la vida adulta.

 ¿Es posible distinguir si lo que revive la persona procede de su memoria emocional o por el contrario se trata de un falso recuerdo o elaboración mental (fantasía)?

No existe una forma científica de comprobarlo, excepto en aquellas situaciones de las cuales aún existen testigos vivos (ejemplo: el embarazo o el nacimiento de esta vida). Sin duda los falsos recuerdos existen, y ni siquiera podemos guiarnos por la carga emocional implicada, porque puede ocurrir que se presenten con igual o mayor emotividad que un recuerdo real.

Nos gustaría que nos explicara brevemente cómo incide en el comportamiento del adulto el modo en qué llegó al mundo. Por ejemplo, ¿Qué diferencia puede haber entre una persona adulta cuyo nacimiento fue prematuro de otra que vino a este mundo con cesárea o fórceps?

El momento del parto es de vital importancia para el ser humano, y son muchas las formas en que puede influir en la vida adulta.

Por ejemplo, el Dr. Thomas Verny en su libro “La vida secreta del niño antes de nacer” demuestra con datos estadísticos que los individuos nacidos por cesárea necesitan más contacto de piel, más demostraciones físicas de cariño, como si buscaran suplir con caricias la ausencia del paso por la vagina.

Un nacimiento prematuro puede reflejarse en el comportamiento adulto como una relación de excesiva dependencia de la madre, o al revés, mostrando una gran independencia y confianza en sí mismo. Pareciera que el primer caso ocurre cuando el niño ha experimentado un parto abrupto, para el cual no estaba  aún preparado, es decir, no ha sido el causante del nacimiento prematuro. Lo contrario sucedería cuando es el niño quien ha estado ansioso por nacer, deseando experimentar pronto la vida en la tierra.

Un nacimiento por fórceps puede ser causa de jaquecas o cervicoalgias severas en la vida adulta, síntomas  que pueden ser originados por cualquier trauma que afecte la cabeza o el cuello, y que además pueden estar relacionados con experiencias similares de vidas anteriores.

Últimamente están apareciendo en escena muchas personas que con la coletilla de “terapeuta” están realizando regresiones sin la debida preparación académica y experiencia clínica necesaria. ¿qué consejo les daría Vd. a las personas interesadas en conocer esta terapia para que pudiesen distinguir al buen profesional y al farsante o embaucador?

Mi consejo sería averiguar  si el profesional al cual va a recurrir tiene esa calidad de profesional, con formación de pre y post grado que lo habilite para hacer regresiones terapéuticas. El paciente tiene todo el derecho a exigir la documentación necesaria, si ello le da mayor seguridad.Otra forma de elegir adecuadamente es si la recomendación o derivación es confiable; por ejemplo es enviado por su médico de cabecera o por una persona cercana que se ha sometido a terapia regresiva con ese profesional. 

Muchas gracias Viviana por sus comentarios que resultarán tan interesantes para nuestros asiduos lectores.